Se sabe que el aceite de lavanda defiende naturalmente contra las células resistentes a los antifúngicos que, sin tratamiento, pueden generar bacterias que provocan caspa y otras afecciones del cuero cabelludo. Sus propiedades antisépticas ayudan a equilibrar la piel y el cuero cabelludo para proteger el cuero cabelludo de las escamas, la sequedad y la picazón causada por la irritación. También se sabe que ayuda en la cicatrización de heridas, acelerando el tiempo de curación. Gran adición a su régimen si experimenta irritaciones en el cuero cabelludo o eczema como erupciones en el cuero cabelludo o la piel. La lavanda se puede usar incluso para aliviar quemaduras menores y picaduras de insectos.

Si eres nuevo en los aceites esenciales, la lavanda suele ser uno de los primeros aceites naturales que encuentras. Se utiliza en cremas, lociones, perfumes y en difusores ya que es muy calmante para los sentidos y calmante para la piel. La serenidad suave que se crea con el uso de lavanda puede reducir la ansiedad y promover la relajación. Esta calma también es beneficiosa para la piel, ya que puede calmar la irritación y la inflamación.

 

Agregar lavanda a tu rutina de cabello y piel es una adición fácil si te encanta la relajación y las hebras fuertes. Unas pocas gotas en un baño caliente para relajarse, directamente en su cuerpo para calmar o agregar gotas en su cuero cabelludo mantendrá sus folículos fuertes para frenar la rotura y permitir que el cabello alcance longitudes extremas. Es calmante para toda la piel de su cuerpo, permitiendo que la piel prospere sin que la irritación la detenga. 

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